ESCLAVITUD INFANTIL: Las economías locales de subsistencia

Este sector está ligado a economías locales, de subsistencia. A las llamadas tradiciones o modelos tradicionales, y a las castas, grupos étnicos o minorías considerados inferiores. Economías previamente devastadas por el colonialismo o neocolonialismo transnacional.

El capitalismo salvaje refuerza esos modelos... para los demás. El trabajo en la agricultura tradicional en las áreas rurales. Niños de 8 años en Filipinas trabajan 11 horas diarias en la caña de azúcar, asfixiados de calor y agotados, cobran menos de 25 céntimos diarios. Trabajando toda la familia no le cubre las necesidades básicas.

La venta de niños por las familias para saldar deudas e incluso las redadas para adquirirlos como esclavos.
Niños tejedores en Pakistán, que se pasan horas y días en posturas que les dejan enanos y deformados. Encadenados y esclavos sufriendo tortura física y psicológica, la mayoría padecen problemas respiración por inhalación de polvo de fibra y algodón.

En toda Asia es común la venta del niño a los productores, supuestamente a cambio de una vida mejor y una formación profesional. El niño va acumulando con el patrón una deuda de alojamiento, manutención... que nunca puede pagar y se perpetúa incluso por generaciones o entre hermanos. Hacen alfombras para nuestros pies.

   

Miles de niños dejan su vida en las terribles minas y canteras de África, Asia e Iberoamércia, muchas de ellas, previamente clausuradas. A más de mil metros bajo tierra acarrean en Perúenormes sacos medio desnudos y llenos de cicatrices sometidos al calor y humedad sofocantes, amenazados permanentemente por los derrumbamientos.

En Colombia, el 65% de los obreros de minas y canteras son menores de 16 años y los hay de 5. Se les llama los niños topo: trabajan durante 10 horas al día. En la cordillera de los Andes existen cementerios clandestinos de niños esclavos.

El trabajo artesanal en talleres, fábricas de cerámica, vidrio, fósforos, fuegos artificiales...
Las fábricas de ladrillos son el infierno particular de otros muchos de niños, por ejemplo enPakistánEgipto y en Colombia, algunos de los cuales nunca han salido de la fábrica de ladrillos, y ni siquiera saben su edad.

Los niños submarinistas arriesgan su vida bajo el agua asustando peces para que caigan en las redes, los niños desguazadores de Corea, picapedreros en Bangladesh, de las fábricas de vidrio donde la temperatura es de 50 grados y el sonido alcanza los 130 decibelios.

Estos niños se hacen cortes en los pies descalzos y padecen quemaduras e intoxicaciones. Cuando ocurre un accidente mortal, el cuerpo del niño se arroja al horno para hacerlo desaparecer, no le importa a nadie, no lo anuncia nadie, nadie pide perdón.

Hay niños que lían tabaco (bidis en India), que fabrican cerillas... no hay sector que no se aproveche de la debilidad del más pequeño.

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